Lo primero que atrae de este ejemplar es la presentación del mismo en su conjunto así como los dibujos a color que preceden a cada relato y que incluyen una cita, a veces literaria, que invitan a centrarse en una lectura que atrapa en todo momento, gracias, sobre todo, a una narrativa que en ocasiones parece ser recitada por una voz que te acompaña.
También me ha parecido interesante y me ha gustado la recomendación de la autora: acompañar cada relato teniendo a mano los grabados del pintor Francisco de Goya que llevan por nombre «Los desastres de la guerra», los cuales enumera en el encabezado tras el título del episodio.
Verónica Salotti nos propone un viaje recorriendo diferentes puntos de la península construyendo historias de mujeres, niños y hombres de cualquier condición social que se convierten en héroes anónimos de la Guerra de la Independencia, también conocida como la «Guerra del Francés». Una crónica narrada, entre retazos de un conflicto, que nos acerca a los acontecimientos históricos vividos entre 1808 y 1814 por unos personajes a los que se sigue con atención, viviendo el momento a través de sus ojos o sintiendo la misma frustración que ellos padecieron.
Relatos, breves pero intensos, que merecen ser leídos en más de una ocasión, deteniéndose en cada palabra y en cada historia y que contienen unas tramas de ficción con una gran base documental donde están incluidos desde el drama a historias del corazón, la intriga de una venganza o incluso el vivir en primera persona un episodio con tintes de novela negra en el que tampoco falta un final inesperado digno del género.
Una obra amena, que sirve tanto para dar visibilidad a gente corriente, a veces olvidada, como para conocer el otro lado de una guerra, el que no está escrito en los libros de historia.
Si eres de las personas a las que les gusta leer en dispositivos electrónicos, este es el formato que te recomiendo.
¿Te gusta leer en formato físico y hacerlo en cualquier lugar? Entonces, la versión de tapa blanda es tu opción.
Sin duda es la versión más elegante, mi favorita. ¡Queda tan bonito junto a los otros libros de mi biblioteca!
Entre mayo de 1808 y abril de 1814, el territorio español al completo se vio sacudido por un inesperado conflicto bélico: la Guerra de la Independencia española, dentro del contexto de las guerras napoleónicas.
Estos relatos cortos, basados en hechos reales y cuidadosamente enmarcados en las comunidades autónomas donde tuvieron lugar, vienen a narrarnos las experiencias de los verdaderos protagonistas, la población civil. La autora inserta personajes ficticios para recrear el terco coraje, el amor por la tierra y hasta las profundas contradicciones en las que hombres y mujeres, desde su lugar en la guerrilla, las iglesias o las calles, se vieron envueltos.
La obra toda es una apuesta por poner en palabras la desgarradora realidad plasmada en los Desastres de Goya, y la sugerencia de lectura, es abordar las historias con ellas delante.
El libro que tienes en tus manos es mi tercer trabajo y el primero de carácter histórico. Es especialmente importante para mí por la ingente cantidad de horas que le dedique a la investigación, porque pude resaltar a mis héroes y heroínas favoritos: los anónimos, y por el innegable efecto terapéutico que tuvo en mí, durante los comienzos de mi enfermedad.
Espero de corazón que sea una buena compañía para ti… si es así, por favor comparte tu experiencia con nosotros. ¡Seguramente resultara inspiradora!
Muchas gracias
Soy argentina por nacimiento, pero italo-española por raíces familiares.
Crecí en mi amada Buenos Aires, donde estudié la carrera de Letras (filología hispánica) en la Universidad Pública.
Siendo aún muy joven me mudé a la provincia de Mendoza. Allí me casé y nacieron mis hijas.
Cuando tomamos la difícil decisión de mudarnos a España, inicialmente vivimos en Granada. En su universidad realicé el Máster para la enseñanza de español para extranjeros. Luego vivimos por más de diecisiete años en Valencia. ¡Mucho tiempo y mucha vida! De esa época recuerdo con especial cariño mi trabajo enseñando español a los estudiantes de Erasmus, en la universidad. Obtuve así, casi sin proponérmelo, el beneficio de formarme, vivir y trabajar a ambos lados del océano, en culturas muy representativas del ser y el quehacer hispano. Hoy, en retrospectiva, me siento modelada por ambas, y feliz de reconocer en íi trazos de una y otra, indistintamente.
Desde hace casi diez años vivo en Reino Unido, específicamente en la bella Escocia de lagos y montañas y, como no podría ser de otra forma, continuo enseñando español.
¿Mis pasatiempos? Leo todo el tiempo, pinto y como amo exageradamente a los árboles, asisto a conferencias y cursos de formación, en los que pueda aprender sobre ellos y como cuidarlos.